Sobre el sentido de la existencia. Parte II

Corrientes del siglo XVIII y XIX. Ilustración, Romanticismo y Vitalismo.

Ahora vamos a introducir dos corrientes que marcaron sus siglos: la Ilustración del XVIII y el Romanticismo del XIX. Estas nos abren paso a una lectura de nuestra realidad más cercana, ya que muchos de los cambios que sucedieron en los albores del siglo XIX son imprescindibles para entender la actualidad. 
Hemos decidido saltarnos los algo más de dieciocho siglos que distancian las corrientes helenísticas de la ilustrada y la romántica por dos razones. La primera, porque esta unidad didáctica no es sobre historia de la filosofía, por tanto, no está en nuestras competencias haber establecido un compromiso con el rigor cronológico. Y la segunda, y creo que más justificable, por la pertinencia del tema. Consideramos importante dar algunas pinceladas de las corrientes helenísticas porque, como ya hemos visto un poco, pero seguiremos viendo ahora, la importancia que tienen como origen de tendencias que aún siguen existiendo es innegable.
Continuando con la introducción de las corrientes del s. XVIII y XIX, queremos resaltar el papel que juega saber de Historia para comprender y leer muchos de los acontecimientos que nos suceden hoy día. Desde que en la Revolución francesa se define fuera del discurso intelectual el nuevo rol del ciudadano frente al súbdito, o desde que los románticos pusieron en primera plana la rebeldía juvenil, desde las implicaciones de compleja y nueva realidad que se fue sucediendo durante todo el siglo XIX que hicieron necesaria la invención de las ciencias sociales...
Como esta unidad didáctica va sobre el aburrimiento, no podemos olvidarnos de que es en este tiempo donde también nacen nuevas formas de sentir muy contemporáneas. Y el aburrimiento es una de ellas, que nos deja testimonio de su transformación y acercamiento cada vez más a nosotros. Podemos pensar, por ejemplo, en que, en el siglo de las revoluciones industriales y la confianza en la técnica, cambia el pensamiento económico tanto para el dueño de la fábrica como para el campesino que esté enterado de algunas novedades de la ingeniería. Esto es tanto así que, a partir de este siglo, la subsistencia dejará de ser un mandato natural y comenzará a mostrarse como un acto de crueldad de la mala distribución de las riquezas. Estas nuevas experiencias serán las que nos permitan solventar un mapa diferente de importantes corrientes filosóficas. Ya que no las utilizamos solamente para saber qué fueron y cuándo aparecieron, sino que trabajamos sobre algo más concreto. La definición y expresión de algo tan apegado a nosotros como lo es un particular estado de ánimo

Estos serán los años en los que el alejamiento de Dios en el mundo se hace patente. En Francia se le corta la cabeza al representante del Todopoderoso en la Tierra y se demuestra que el orden social no necesita de reyes que lo mantengan. Con un desplazamiento de Dios que se ha ido gestando poco a poco, se produce a su vez un desplazamiento de los grandes valores. Es por ello que no necesitamos ahora apelar al cielo: el ser humano cumple su lema renacentista de ser él mismo más que nunca la medida de todas las cosas. La revolución francesa fue el culmen que trajo el pensamiento de la Ilustración a la Tierra.

Goya, Los sueños de la razón 
producen monstruos.

Pero ¿esta confianza en la razón es tan inquebrantable como los estoicos nos preconizaban? Surgen brechas y abismos. De una generación a otra comenzamos a ver cómo el mundo de la razón se nos presenta igual de asfixiante que el mundo de Dios. Que apelar a la razón absoluta es como seguir clamándole a los cielos. Entre los partidarios de la razón (los ilustrados) y los agraviados de esta (los románticos) nos surgirán planteamientos cercanos pero dispares, de dos formas diferentes de tomarnos el mundo.

Qué es la Ilustración
La Ilustración es un movimiento cultural e intelectual europeo que quería anteponer en todos los problemas humanos la Razón1 como solución. Pensaban que, con el uso de nuestra capacidad de razonar, todos los seres humanos alcanzarían la libertad y la autonomía.
1. Cuál es su origen
El término de Ilustración hace referencia a las luces, necesarias para iluminar todas las tinieblas que rodeaban al europeo de la época. Los ilustrados se vieron a sí mismos como los luchadores de las falsas creencias, las supersticiones y las tiranías. Tanto las creencias como las tiranías oscurecían la Historia de la Humanidad. Por tanto, metafóricamente, la acción que ha de realizar la Razón es la de iluminar. La razón nos hace ver las cosas claras y distintas, como nos diría el método cartesiano, es decir, como iluminadas.
Podemos decir que la Ilustración fue un movimiento cultural que respondía a la necesidad de autonomía en un mundo europeo de monarquías absolutistas. A su vez, los avances científicos y técnicos prometían una mejora de las condiciones de vida para todos. Es también una época donde se comienza a entender a la curiosidad como una virtud, a diferencia de lo que pasó durante los siglos anteriores (Ginzburg, 2008). El lema de esta época fue la locución latina sapere aude, atrévete a saber, con la que Kant terminó su ensayo, publicado en 1784 ¿Qué es la ilustración?
2. Sobre qué trata la ilustración
La Ilustración tenía una utopía: alcanzar la mejora de la Humanidad a través de la práctica discursiva de la razón. Desde la crítica que se hace por medio de la razón, todos los seres humanos vivirán sin supersticiones y sin tiranías. La Razón será el punto fuerte para los ilustrados. El contexto histórico vuelve a ser determinante. Como ya hemos mencionado en el punto anterior, el Siglo de las Luces es también el siglo de las monarquías absolutas. La importancia de la ilustración como movimiento se dio con tanta fuerza que muchos de los monarcas europeos pusieron en sus gabinetes de gobierno a importantes ilustrados: Catalina II de Rusia, Federico II de Prusia (que además tuvieron una buena relación con Voltaire) Carlos III de España, José II de Austria... Hicieron grandes aportaciones a la cultura académica y científica de sus países, inaugurando museos, siendo mecenas de artistas y pensadores y creando multitud de academias de las artes y las ciencias. Este fenómeno político dio por llamarse “despotismo ilustrado”, y su lema fue “todo para el pueblo, pero sin el pueblo”.
El despotismo ilustrado era algo más que un oxímoron: nos ayuda a pensar en la importancia del reformismo, como motor de la Historia, que le daban los ilustrados al poder. Se reconocía la importancia de la razón para los asuntos del poder, política y económicamente. La economía, en este tiempo, comienza a transformarse de mercantil a liberal.
Los avances en las técnicas y las ciencias los auspiciaba. Además, la forma de religiosidad europea había ido cambiando desde las reformas protestantes para ser más íntima y privada. El espacio público estaba preparado para cambiar. La burguesía crecía en número e importancia económica. Y esa importancia no se reflejaba políticamente. El pensamiento ilustrado se había ido gestando poco a poco. No hacía mucho que Descartes había escrito su Método, donde la importancia de la duda es esencial. Contemporáneo del francés, el inglés Newton explicaba matemáticamente la gravedad, lo que suponía ya la constatación del éxito de la revolución científica desde el giro copernicano. En el plano político, Montesquieu escribió sobre la separación de poderes para evitar el abuso de poder y garantizar la libertad política. Espiritualmente hablando, la apuesta de Pascal nos hablaba de la posibilidad de creer en Dios planteándolo como un problema matemático.
Vamos a hacer recopilación de todo lo que hemos dicho resumiendo las características de la ilustración:

  •    Racionalismo y criticismo como aspectos principales. Lo que nos abre las puertas del conocimiento son la razón y la experiencia sensible. Desde ahí es desde donde podemos acceder a la verdad. Todo conocimiento ha de ser criticado para ver si cumple con las exigencias de la razón lógica y la constatación empírica. El conocimiento pasado, por tanto, ha de ser depurado mediante el acto crítico de la razón.
  •    Academicismo y clasicismo como unidad formal de la racionalidad ilustrada. Ya hemos mencionado la creación de estas academias por parte de los monarcas ilustrados. La importancia de las academias en todos los ámbitos de las artes y las      ciencias estaba en otorgarle a todas las ciencias y artes una unidad. Existía una idea de belleza muy estructurada: estaban cerca de pensar que, según fuese avanzando el conocimiento formal, se podían hacer obras de arte con receta. Con el clasicismo nos referimos a la imitación que hicieron de los clásicos, pero sin olvidar el aspecto criticista que antes mencionábamos.
  •      Idealismo y universalismo como propuesta de futuro esperanzadora. Son los inspiradores de la declaración de derechos humanos del siglo pasado. ellos ya creían que los seres humanos tenían derechos inalienables por haber nacido humanos. Creían en lo exótico, pero no lo asumían porque solo se fijaban en lo que tenía que ver con los cánones. Antropocentrismo: fe en el hombre, optimismo, progresismo: ellos mismos son prueba de fe de que se puede mejorar. pasiones y sentimientos mal, armonía como canon estético clásico, la enciclopedia como revisión de todos los saberes anteriores, depurar el pasado mediante la razón
3. Importancia histórica del movimiento
Podemos ver de todo lo que significó la Ilustración en muchos lugares, sobre todo lo referente al ámbito político. La separación de los poderes del Estado, la consideración del ciudadano o los derechos universales de los seres humanos son algunos. Pero nosotros nos vamos a centrar en lo que podríamos decir que es su legado más conflictivo. Cuando el pensamiento ilustrado se materializa en la Historia del continente europeo con la Revolución Francesa no es orden y armonía neoclásica: surge el recurso del terrorismo de Estado. Lo que se ha llamado El Terror, la época de gobierno de Robespierre. La importancia que tiene este momento es que hasta entonces, el Estado no tenía leyes para justificar (como expresión de la voluntad popular) la lucha contra el enemigo de Estado. Este enemigo del estado podría ser interno o externo. Tanto los extranjeros como los franceses que no cumpliesen con las ideas revolucionarias. Nace la razón de Estado, cuya justificación es la utilidad general y la “salvación nacional”. La Ilustración es la partera de la declaración universal de los derechos humanos, y a la vez del terrorismo de Estado ¿Puede ser así, que a la vez que intentaba ir en contra de la barbarie diera origen a otra? Para ello, vamos a poner dos textos que consideramos claves. El primero es el de la Dialéctica de la Ilustración, de Theodor Adorno y Max Horkheimer. La idea es proclamar culpable a la Razón tras la experiencia de la Segunda Guerra Mundial:
Ella [la Ilustración] contempla las pasiones “como si fuese cuestión de líneas, superficies o cuerpos”. El orden totalitario se ha tomado esto absolutamente en serio. Sustraído al control de su propia clase, que mantuvo al hombre de negocios del siglo XIX en el respeto y el amor mutuo kantianos, el fascismo que ahorra a sus pueblos los sentimientos morales mediante una disciplina de hierro, no necesita ya guardar una disciplina alguna. En contra del imperativo categórico y en tanto más profunda concordancia con la razón pura, trata a los hombres como cosas, como centros de modos de comportamiento (Adorno y Horkheimer, 2016, 133-134)
También, como contrapunto, ponemos este fragmento del reciente ensayo de Marina Garcés, Nueva Ilustración radical, donde nos habla de lo imprescindible de la Ilustración como proyecto político de futuro:
Ya no estamos enfangados en la dialéctica entre el desencantamiento y el desencanto que tiñó de sombras la cultura de los siglos XIX y XX. Estamos a las puertas de una rendición. La rendición del género humano respecto a la tarea de aprender y auto educarse para vivir más dignamente. Frente a esta rendición, propongo pensar una nueva ilustración radical. Retomar el combate contra la credulidad y afirmar la libertad y la dignidad de la experiencia humana en su capacidad para aprender de sí misma. En su momento, este combate fue revolucionario. Ahora es necesario. Entonces, su luz se proyectó como un universal expansivo y prometedor, invasivo y dominador. Ahora, en la era planetaria, podemos aprender a conjugar un universal recíproco y acogedor (Garcés, 2017, 11)
Ambas tensiones se van a ver siempre contrapuestas y es muy interesante que nos lo planteemos desde el punto de vista que ve todo esto como la actualidad más inmediata, una actualidad que ha ido cambiando los términos del debate durante los siglos circunstancialmente, pero de siempre se ha dado ¿Es la verdad un bien universal o está condicionada por particularidades que la convierten en un ser mitológico? ¿Podemos convivir en paz con nuestra diversidad o hemos de proclamar la homogeneización por el orden?
4. Tratamiento que se le da a las pasiones en general
Como ya pasaba con los clásicos, para los ilustrados las pasiones también son vistas como un estorbo para la Razón, ya que forman parte de la estructura de creencias falsas y no ayudan a pensar crítica y racionalmente, sino a ser supersticioso.
Los Ilustrados retomarán de los estoicos los que les parece interesante. Ya decíamos en el apartado sobre la importancia de los estoicos que estos tuvieron una gran importancia en los siglos venideros. Los Ilustrados tendrán un gusto neo-clásico. Por ello, el canon estético es lo que definirá la belleza y la armonía. El arte, como todas las funciones en la vida, está supeditado a la Razón.
¿Qué tiene que ver esto con las pasiones? Pues bastante. El arte es armónico y, además, como está tan ligado a la Razón, su función será la de educar a la vez que disfrutar de una determinada manera, de una forma ordenada y armónica. Todos los productos artísticos, ya fueran obras pictóricas, esculturas, edificios, novelas o teatro, estaba supeditado a la función pedagógica racional ¿En qué lugar dejó entonces la época de la Luz a las pasiones? Como ejemplo de lo que significó las pasiones para los ilustrados expondremos la lectura que se hace de una de las obras más leídas de su tiempo, el Emilio de Rousseau. Rousseau defendía que el hombre era bueno por naturaleza. Pero era la civilización quien lo corrompía. Por tanto, en su novela pedagógica, considerada por el autor como su mejor obra, dará algunas pautas de cómo educar para ser un buen ciudadano en un mundo corrupto. Es lo que dice sobre las pasiones, atendiendo sobre todo a su naturaleza:
  •     Las pasiones importantes son las naturales, como ya pensaban los epicúreos. Al igual      que ellos, Rousseau también entiende que los prejuicios sociales las modifican para mal
  •     El origen de las pasiones es el amor de sí, es decir, el amor propio. Es de ahí de donde surge la benevolencia hacia los demás. Con ello generamos la compasión hacia los otros, la amistad y la piedad.
  •     La benevolencia se puede ver corrompida al querer ser los preferidos de alguien: es de ahí de donde vienen los celos y los engaños. Querer ser los preferidos es un acto social no natural, por ello la sociedad es la que corrompe al buen salvaje
  •     La imaginación es peligrosa para las pasiones ya que convertimos las pasiones en vicios y no sabemos lo que es la realidad.
Qué piensan del aburrimiento en concreto
La Ilustración, como Kant mismo se responde en ¿Qué es la Ilustración? es el proceso por el cual los seres humanos participan desde la libertad individual en la formación de las sociedades justas. Para ello el ser individual ha de tener un compromiso consigo mismo. Es entonces cuando insta a sus contemporáneos a ser mayores de edad, a dejar de lado el paternalismo del régimen absolutista.
Unos de los motivos por los que Kant instaba a su sociedad a volverse valientes y atreverse a saber eran porque la desidia y la ignorancia debían ser erradicadas porque eran las causantes de todo mal. Nos encontramos con una postura del deber muy parecida a la que un estoico hubiera formulado. Y es que la tradición estoica del deber individual para alcanzar la libertad está muy presente en la Ilustración.
Qué es el romanticismo
El Romanticismo es también un movimiento cultural europeo, que surge como reacción al anterior movimiento ilustrado. El fracaso de la utopía de la Razón se dejó patente tras la Revolución Francesa. Como hijos desencantados de los Ilustrados, los románticos propondrían la importancia de los sentimientos y la particularidad individual sobre la razón y lo universal.
1. Cuál es su origen
Por tanto, el origen del Romanticismo como movimiento es de ruptura con la tradición, el orden anterior de una jerarquía de valores culturales y sociales. El motivo de la ruptura es en nombre de una libertad auténtica, confiriendo prioridad a los sentimientos que durante toda la tradición del pensamiento occidental han sido negados.
Como ruptura con el neoclasicismo, ponían en valor lo nacional frente a lo universal, lo fantástico frente a lo real, lo entusiasta y pasional frente a lo comedido y armonioso. El significado del movimiento es muy simbolista. Es por ello que el término de Romanticismo viene del francés roman, relato o novela fantástica en lengua vernácula, no la latina (fue hasta el siglo de las luces cuando el lenguaje romano dejó de ser universal en todo el continente).
2. Sobre qué trata
La Ilustración había dejado una Razón absoluta y los románticos tenían que ponerle límite. Como ya hemos introducido en los apartados anteriores, el Romanticismo va a ser, ante todo, un movimiento rupturista con la Ilustración y con todo lo que ella significó. Se define mejor de forma negativa que positiva, así que iremos enumerando sus características en relación con las que eran propias de los ilustrados.
  •     Frente al racionalismo y el criticismo, en el Romanticismo encontramos una exaltación de la intuiciónla imaginación y el instinto. Si la razón tiene sus límites, son necesarias otras formas de conocimiento (postulados de la filosofía idealista2 de Fichte, Schelling o Hegel). De ahí la importancia de emociones, sueños o fantasías que permiten bucear en el inconsciente para descubrir allí los impulsos no racionales. Frente a la razón, se levanta ahora la bandera del sentimiento, siempre arrebatado, aun cuando se tiña a veces de melancolía.
  •    Así como encontrábamos el academicismo y el clasicismo, los románticos no entienden la compilación de conocimiento conforme a cánones clásicos e institucionalizados. Se prioriza la libertad como absoluto ideal romántico: ya sea como libertad formal, o libertad individual, explorando tanto el mundo interior como el exterior. Así mismo, la expresión se hace intensa, confusa y desigual porque ha desaparecido el sentido del buen gusto y el ideal de perfección. No interesa la armonía, la belleza serena, sino excitar violentamente la sensibilidad del lector.
  •    Por último, al idealismo y universalismo ilustrados le contraponemos el nacionalismo y la insatisfacción romántico. Es el en siglo XIX cuando se inventa el concepto de pueblo: se pierde la fe en los valores de una humanidad absoluta, por lo que encuentran un asidero existencial en la revalorización de un espíritu comunitario que los ligue a su entorno. Entorno al desengaño romántico, lo que se dio por llamar le mal du siècle, podemos decir que ensalzan al yo individual y que lo enfrentan con el mundo y las normas morales, políticas y religiosas.
3. Importancia histórica del movimiento
Los ecos románticos aún pueden ser escuchados en nuestra contemporaneidad. Desde la idea de rebeldía juvenil, pasando por la idea de subjetividad o el sentimiento nacionalista tras las guerras napoleónicas, hasta en lo que entendemos por genio en el arte. Vamos a centrarnos en la importancia que tiene en el movimiento del arte. Fueron muy prolíficos en esa área: todo lo artístico europeo vería su base en presupuestos románticos exagerados. Su vertiente literaria, por ejemplo, desde mitad del siglo XIX se fragmentaría posteriormente en diversas corrientes, como el parnasianismo, el simbolismo, el decadentismo o el prerrafaelismo, reunidas en la denominación general de posromanticismo, del cual derivó el llamado modernismo hispanoamericano.
Tuvo fundamentales aportes no solo en el campo de la literatura, sino también en el de la pintura y la música. Una de las corrientes vanguardistas del siglo XX, el surrealismo, fue capaz de llevar al extremo los postulados románticos de la exaltación del yo.
4. Tratamiento que se le da a las pasiones en general
Tras el advenimiento de la ruptura de la Razón absoluta, como ya hemos visto, los sentimientos sufren una puesta en la primera plana de la cultura europea. El tema preferido dentro del movimiento romántico es la exhibición de la intimidad: anhelos, dudas, nostalgias… De ahí que la lírica fuera el género más característico del momento.
Aunque no solo. Los diarios también son un género literario perfecto para explicar la ruptura generacional y explicar el gusto por la soledad y la necesidad de evasión que necesitaban los jóvenes modernos. Puede parecer complejo entender este cambio abismal entre románticos e ilustrados, cuando el tiempo que ha pasado entre ambos es apenas el de una generación. El proceso de desencantamiento del mundo a algunos les sucederá en la propia vida. Como le ocurrió al escritor alemán Goethe, que vivió como un neoclásico durante la mayor parte de su existencia, pero escribió algunas ideas que hacían vislumbrar el apagón de las luces ilustradas.
Goethe escribió la gran novela de referencia para la moda romántica, que vino justo después de su publicación: Las desventuras del joven Werther. En esta pequeña novela, se narra la historia del joven Werther, un joven que se enamora de Carlota, y esta no le corresponde. Al no poder soportar el sufrimiento, nuestro protagonista se suicida.
La novela está escrita de forma epistolar, en primera persona, de nuestro protagonista a un amigo suyo de confianza. Pese a que el género epistolar fue el favorito de los ilustrados por la sensación de objetividad, al ser a modo de confesión como está escrito, vamos viendo como incluso formalmente, las distancias entre ilustrados y románticos eran totalmente dicotómicas.
Centrándonos en lo que significó socialmente la novela de Goethe: fue una autentica moda en toda Europa, lo que se vino a llamar la Werther-fieber (la fiebre del Werther). Se imitaba la ropa del protagonista, e incluso consta que hubo suicidios que imitaban la historia del personaje. La dramatización y egolatría con la que el joven Werther vivió ficticiamente su amor preocupó tanto a las autoridades que incluso un autor llamado Friedrich Nicolai decidió escribir un final alternativo para la novela donde Werther no acabaría muriendo.
El Romanticismo pone en boga la sentimentalidad más abrupta, aquella que durante los años ilustrados había estado comedida y ordenada. La libertad se convierte en una necesidad, ya que no se entiende que la vida tenga sentido si no se vive como se siente. Tal mirada tan extrema de cómo se debe vivir y sentir colapsará tal y como colapsó la idea ilustrada de que solo se necesitaba la razón para vivir.
5. Qué piensan del aburrimiento en concreto
Ya hemos visto la importancia que tiene la idea de libertad en los románticos. Para ellos, la evasión del resto del mundo, ya sea exterior (con los viajes a los países exóticos, entre los que se encontraban China, la India o España) o interior. De esto último, podemos decir que los románticos redescubrieron la soledad. Porque no solo había formas extremas como el suicidio. Adquiere especial importancia la huida de la realidad mediante el refugio en sí mismo. Conocemos una nueva intimidad donde lo importante es conocerse, pero de una manera como hasta ahora no habíamos visto: la identidad personal comienza a ser un tema de vital importancia para ser uno mismo.
Ante tal tesitura moderna de construcción de un nuevo sujeto, lo que podemos plantear es que el romanticismo encara el aburrimiento de dos formas (hay muchas más, pero como las iremos viendo en los siguientes temas, nos las reservamos para las demás explicaciones):
  • Como nos decía el poeta francés Baudelaire, siendo el peor de los males: le dio muchas vueltas al aburrimiento, apropiándose de la palabra inglesa “spleen” con la que tituló cuatro poemas y su libro de pequeños poemas en prosa, Spleen de París. En la dedicatoria Al lector, que abre Las flores del mal, escribe del Tedio que su maldad supera a la de “los chacales, las panteras, los linces, los simios, las serpientes, escorpiones y buitres, los aulladores monstruos, silbantes y rampantes”
  • Como nos explicaba Novalis, desde la nostalgia, ya que la filosofía para él fue nostalgia, porque hacía que el tiempo se volviese transparente. En alemán, nostalgia es literalmente tiempo-largo, Heimweh. Con tiempo largo nos estamos refiriendo también al aburrimiento. Esto es así porque escuchar y prestar atención al tiempo hasta que se haga aburrimiento implica aburrirse en sí mismo (Nikulin, 2017).

1Mayúsculas para enfatizar la diferencia entre razón, como logos y Razón, como ideal absoluto
2 No hemos de confundir el idealismo ilustrado con el idealismo de estos filósofos. Hegel, Fichte y Schelling son continuadores de la tradición kantiana, por eso su filosofía, como la de Kant, es idealista. Su filosofía se basa en la priorización de la idea como material de realidad en este mundo. En cambio, cuando hemos usado “idealismo” para definir la Ilustración, queríamos referirnos al uso común, como tendencia a considerar el mundo y la vida de acuerdo con unos modelos de armonía y perfección ideal que no se corresponden con la realidad (Marías, 1957).
11. Bibliografía
Adorno, T. W. y Horkheimer M. (2007), Dialéctica de la Ilustración, Barcelona, Akal.
Barrios, M. (2001), Narrar el abismo, Valencia, Pretextos
Baudelaire, C. (2011), Las flores del mal, Madrid, Alianza.
Garcés, M. (2017), Nueva ilustración radical, Barcelona, Anagrama.
Ibáñez Fanés, J. (2016), El reverso de la historia, Barcelona, Calambur
Kant, I. (2010), Kant III. Crítica del Juicio · ¿Qué es la Ilustración? · El conflicto de las facultades, Madrid, Gredos.
Marías, J. (1957), Historia de la filosofía, Madrid, Revista de Occidente
Pascal (2010), Pascal I. Pensamientos, Madrid, Gredos.
Rousseau, J. J. (2010), Rousseau II. Emilio o la educación, Madrid, Gredos
Schopenhauer, A. (2010), Schopenhauer I. El mundo como voluntad y representación (Volumen I), Madrid, Gredos.

Ficha para casa y rubrica para evaluar el trabajo 

  “Un hombre pasa su vida sin aburrirse jugando todos los días un poco. Dadle todas las mañanas el dinero que puede ganar cada día, con la condición de que no juegue: le haréis desgraciado. Se dirá tal vez que lo que busca es la diversión de juego y no la ganancia. Hacedle, pues, jugar sin apostar; no se encenderá y se aburrirá. No es, pues, la simple diversión lo que busca: una diversión lánguida y sin pasión le aburrirá. Es menester que se encienda y se pille a sí mismo, imaginándose que se sería feliz ganando lo que no quisiera que se le diera, a condición de no jugar, con el fin de que se forme un motivo de pasión, y que con él excite su deseo, su cólera, su temor, por el objeto que se ha formado.” Blaise Pascal, Pensamientos.

“Si ya en la naturaleza carente de conocimiento vimos que su esencia era un ansia continua sin fin ni descanso, al considerar el animal y el hombre eso se nos presenta con mucha mayor claridad. Querer y ansiar es todo su ser, en todo comparable a una sed imposible de saciar. Pero la base de todo querer es la necesidad, la carencia, o sea, el dolor, al cual pertenece en origen y por su propia esencia. En cambio, cuando le faltan objetos del querer porque una satisfacción demasiado fácil se los quita enseguida, le invade un terrible vacío y aburrimiento: es decir, su esencia y su existencia mismas se vuelven una carga insoportable. Así pues, su vida, igual que un péndulo, oscila entre el dolor y el aburrimiento que son de hecho sus componentes últimos. Esto se ha tenido que expresar de una forma muy extraña: después de que el hombre hubo puesto todos los sufrimientos y tormentos en el infierno, para el cielo no quedó más que el aburrimiento” Schopenhauer, El mundo como voluntad y representación, página 180

  •     Pascal relaciona el aburrimiento con la posibilidad de no sentir, no “encenderse”. Schopenhauer relaciona el aburrimiento con la falta de deseo (porque uno está ya saciado) y el deseo con el dolor, porque no se tiene el objeto querido. Pascal dice que para no aburrirnos necesitamos encendernos, mientras que Schopenhauer ve que solo podemos movernos como un péndulo: entre el aburrimiento y el dolor ¿Con qué afirmación estas más de acuerdo? Explica y razona tu respuesta. Trata de responder lo que es para ti el aburrimiento.
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