Sobre el cuerpo.

En este apartado vamos a estudiar la importancia de la corporeidad.
¿Los sentimientos son necesarios en todos los ámbitos? ¿Cómo conviven con lo racional? ¿Podemos separar estas dos actitudes? Pero los sentimientos, como las razones, conviven con lo que somos ¿Hasta qué punto los sentimientos son parte de mi identidad? ¿Qué papel juega la materialidad del cuerpo en todo esto?

En la Historia de la Filosofía Occidental se piensa al ser humano a través de un esquema dualista: se separaba el alma del cuerpo tanto que se entendía que estaban incluso hecho de diferentes sustancias. Tal pensamiento es el que triunfa en la Modernidad, como podemos comprobar con la analogía cuerpo-máquina. El cuerpo, según la idea moderna, funcionaría como una máquina. La vida y todo lo que nos hace estar vivos se encuentra en el alma, lejos del cuerpo y su materialidad mecánica. Es, por tanto, prescindible todo lo que le ocurra al cuerpo: sus dolores y sus satisfacciones. Esto es así porque se entiende que nuestra identidad está dentro de nosotros. Y lo de fuera solo es envoltorio
Para Descartes, el ejemplo del gran filósofo dualista,
la clave estaba en la glándula pineal.
Esta era la parte más importante del
 cerebro pues en ella la sangre se convertía en
“espíritus animales” que posteriormente se
 extendían por todos los nervios;
la parte del cerebro en donde se sitúa el alma
¿Podemos seguir sosteniendo tal pensamiento? ¿Si pensamos lo que realmente somos, solo respondemos con características internas? Tales planteamientos nos van a ayudar a aclarar cómo podemos pensar ahora en lo que nos ocurre. Cuando sentimos ¿es algo que hacemos como parte de nuestra identidad? ¿Son universales las emociones? Cuando me aburro, ¿dónde me aburro? ¿Dentro o fuera de mí?En el tema que vamos a desarrollar intentaremos plantearnos ya el tema del aburrimiento desde una manera más específica. Comenzaremos preguntándonos qué es, cómo sucede, para luego plantearnos si tiene alguna utilidad. Por último, valoraremos algunas enfermedades mentales que viven cerca de la sensación del aburrimiento pero que son patológicas. La idea es que podamos reflexionar sobre nuestro cuerpo, aprendamos sobre él y decidamos si es parte de nosotros o si seguimos sosteniendo el presupuesto dualista.

En este tema daremos tres puntos:
Sobre el cuerpo: Aburrimiento como estado de ánimo
Sobre el cuerpo: Aburrimiento epistémico
Sobre el cuerpo: Aburrimiento y patologías
-Depresión
-Ansiedad
-Bore-out

 Aburrimiento como estado de ánimo.

El psicólogo Goleman (1996) define la emoción de la siguiente manera: es la categoría de experiencias para las que utilizamos las siguientes categorías lingüísticas: amor odio, ira, enojo, frustración, ansiedad, miedo, alegría, sorpresa, desagrado… Son un estado complejo que incluye una percepción acentuada de una situación y objeto, la apreciación de su atracción y repulsión consciente y una conducta de acercamiento o aversión.
Las emociones no forman parte de momentos concretos como son el amor, incidentes familiares o relaciones amistosas. Forman un todo en todas las decisiones que tomamos. El impacto que tienen las relaciones en nuestra vida hemos de entenderlo. Hay un cerebro emocional y otro racional y ambos actual casi siempre a la vez. Cuando el cerebro racional secuestra al emocional y viceversa podemos decir que no somos nosotros mismos los que actuamos. Las emociones pueden, así, desbordar a la razón.
La emoción es lo que nos acciona a actuar. Es, por tanto, lo que hace que nuestra vida tenga motivos para moverse, algo así como sabores. Cuando las emociones duran un tiempo más amplio, comenzamos a estar en ellas, siendo más tenue el sabor de esta, aunque más persistente porque dura más tiempo. Acabamos de describir lo que es un estado de ánimo, que se diferencian de las emociones en su durabilidad e intensidad.
El aburrimiento es un estado de ánimo: sobre todo, un estado de ánimo muy versátil. Puede ser un estado intermitente que aparece cuando crecemos, cuando algo cambia o, también, contradictoriamente, cuando deja de hacerlo. Es un estado de ánimo que sirve para cerrar el mundo conocido y habitual para abrirlo de nuevo con renovadas fuerzas en las certezas que me levantan todos los días. O también es un estado vegetativo que implica una nueva relación con el tiempo. El aburrimiento es una experiencia que une al individuo con el mundo al desnudo, es decir, a su tiempo, sin nada, sin que haya que hacer nada o haya nada más que nada.
Podemos pensar, por ejemplo, que el lagarto no se aburre porque no tiene experiencia de tiempo. El tiempo se nos impone porque es una catástrofe natural. Podemos hacer muros de contención de las mareas y de las crecidas. Pero no evitar el movimiento. El tiempo ¿está fuera o está en nosotros? Es muy difícil pensar en el tiempo, ya que es algo que siempre está ahí pero que solo se muestra como experiencia cuando lo experimentamos a diferentes velocidades. El tiempo puede acelerarse o ralentizarse. Ante estos cambios de velocidades no podemos echarle la culpa al reloj. Debemos mirar hacia nosotros.
La felicidad, dice Bifo, es la adecuación entre las expectativas y la realidad. Es el saber esperar y el saber mirar la realidad lo que puede hacernos felices. 
Los estados de ánimo nos ayudan a vivir tanto como nos ayuda a vivir un planteamiento racional de la vida. Necesitamos educar a las pasiones, ya que a veces la pasión desborda a la razón. Hay que conocer nuestros recursos mentales, ya que la mayoría de las veces, lo emocional y lo racional trabajan a la par.
Viñeta original de Flavita Banana

Aburrimiento epistémico, como fuente de conocimiento. 

Ahora vamos a pensar si en el aburrimiento hay posibilidad de aprender algo: ya sea dentro o fuera de él porque se da la paradoja de que, si es inútil, no puede sacarse nada productivo, o si necesita ser inútil para ser productivo, no puede pensarse como algo útil para así preservar su naturaleza. Este ejercicio es pura filosofía, y nos sirve para ver si podemos pensar tras todo lo que hemos aprendido ya, en el aburrimiento en sí.
Nos enseñan que esperar es una pérdida de tiempo. Para nuestra cultura, toda espera está desvalorizada (Köhler, 2018). No hacer nada, es decir, aburrirse, es gastar algo muy preciado, que es tiempo, en algo despreciable, como es no hacer nada. Ante estas esperas (desde la consulta del médico hasta el bus) lo único que podemos intentar es matar el tiempo. Si no lo hacemos, corremos el peligro de morirnos de aburrimiento. Se puede ser menos trágico. Podemos plantear la espera como requisito pedagógico necesario. Saber esperar es la condición previa a todo entendimiento. Aprender es comenzar una tarea que no sabemos muy bien de qué se trata. Al principio, parece que perdemos el tiempo en nada. El filósofo Walter Benjamin decía que el aburrimiento es el pájaro de ensueño que incuba el huevo de la experiencia, (Han, 2017) refiriéndose a que el tiempo que aburre era lo que necesita la persona que crea para descansar. Ese tiempo de descanso es como la tierra de barbecho, se descansa para luego poder crear.
No podemos saber a qué lleva el aburrimiento si nunca estamos dispuestos a aburrirnos. El aburrimiento del adolescente es sintomático, ese aburrimiento atestigua que no vale con distraerse, porque es el aburrimiento que tiene que ver con crecer, ese del que hablamos al principio y no hemos desarrollado. El aburrimiento del adolescente anhela la libertad, que se le promete en el horizonte eternamente lejano de la adultez. Ese anhelo de libertad y mayoría de edad se vuelve como un deseo sin rumbo, que no tiene meta, más que desear que el tiempo pase deprisa mientras pasa despacio. Pero, ¿acaso podemos decir que cuando no tenemos una meta no nos aburrimos.

Aburrimiento y patologías. 

¿Qué pasa cuando no toleramos el aburrirnos ni siquiera un poco? ¿Nunca seremos capaces de tener experiencia para crear? Puede ser. Pero la pregunta es, mejor dicho, ¿cuál es el motivo de esta falta de intolerancia al no hacer nada? ¿Podemos pensar en el aburrimiento como algo que tenga su causa fuera de nosotros? Es decir ¿la causa del aburrimiento generalizado en una sociedad de masas experta en el enterteinment puede estar en nosotros? En este apartado vamos a comenzar a pensar en el aburrimiento desde un punto de vista más social. Anteriormente, veíamos como para Benjamin el aburrimiento tenía un punto de vista sanador. El aburrimiento hacía que fuésemos capaces de descansar. En ese no hacer nada no había nada peligroso, sino curativo.
Imagen relacionada
Estatua en conmemoración
de Eleanor Rigby

El tiempo es una constante para pensar en el aburrimiento. Es el tiempo lo que vemos cuando nos aburrimos, el tiempo que de por sí no trae nada. Y es del tiempo de quien huimos cuando nos sentimos caer en el tedio. No todo el mundo es consciente del vacío o se distrae de forma inteligente. Pero distraerse es necesario y es de por sí inteligente. Mejor dicho, intentar distraerse. Ya que ante el vacío de la existencia no siempre podemos huir, porque al fin y al cabo está ahí. Puede ser que esta reflexión nos traiga inevitablemente una angustia insoportable, que sumado al seguir aburrido nos trae una ansiedad. Esta ansiedad existencial al fin y al cabo solo está relacionada con lo que significa estar vivo y pensar en las circunstancias. Ante tales reflexiones, no hay discurso sanitario mental que nos valga. Sino sentimientos y emociones que nos pasan por ser humanos.
Ahora lo que vamos a nombrar son diferentes patologías que, tal y como ocurre con el aburrimiento en la época del espectáculo, responden a una epidemia contemporánea. Se dice que la gente que se aburre nunca tiene tiempo. Esta mala gestión del tiempo ¿puede llevar a la depresión o incluso al suicidio? Hemos visto que no, no tiene por qué, ya que las preguntas existencialistas no son síntomas de nada más que de humanidad. En cambio, no todos los procesos por los que pasamos se pueden solucionar con algo de reflexión. El cuerpo es una realidad que puede tener fallos que él mismo no sepa cómo solucionar. Es por ello que debemos conocer, al menos, superficialmente, cómo son las enfermedades mentales y en qué se diferencian de otros procesos más comunes y que no necesitan ser medicalizados, como puede ser la angustia, el aburrimiento, la tristeza…
Como se recoge en la página web de la OMS: “Hay una gran variedad de trastornos mentales, cada uno de ellos con manifestaciones distintas. En general, se caracterizan por una combinación de alteraciones del pensamiento, la percepción, las emociones, la conducta y las relaciones con los demás. Entre ellos se incluyen la depresión, el trastorno afectivo bipolar, la esquizofrenia y otras psicosis, la demencia, las discapacidades intelectuales y los trastornos del desarrollo, como el autismo. Hay estrategias eficaces para prevenir algunos trastornos mentales, como la depresión. Se dispone de tratamientos eficaces contra los trastornos mentales y medidas que permiten aliviar el sufrimiento que causan. Los pacientes deben tener acceso a la atención médica y los servicios sociales que les puedan ofrecer el tratamiento que necesitan. Además, es fundamental que reciban apoyo social.”
Hemos escogido estos tres, por su característica de epidemia social, ya que son bastante comunes y de alguna manera pueden ser confundidos con angustias existenciales, si sobre todo no se ha practicado de forma educativa la sensibilización para ello. Lo que vamos a hacer va a ser, simplemente definir los términos.
1. Ansiedad
La ansiedad es una enfermedad mental, pero también es una emoción. Las emociones nos permiten habitar el medio en el que vivimos, ya que son las que nos permiten reaccionar ante las informaciones que recibimos del mundo ¿Cómo puede ser que una emoción pueda ser mal dirigida?
Es por ello que vamos a tratar la ansiedad en sus dos partes: cuando es sana y cuando se convierte en patológica. La ansiedad sana es la que está asociada a miedos, esos que hacen que preservemos la vida: nos prepara para huir de los peligros. Son miedos necesarios porque nos sirven para tener un nivel de riesgo evaluable. En cambio, la ansiedad patológica es la que deja de servirnos para evaluar un nivel de riesgo evaluable y se vuelve ineficaz. Esta ansiedad patológica se da de muchas maneras: miedo a espacios abiertos, o cerrados, trastornos post-traumáticos, trastornos obsesivos compulsivos…
2. Depresión
La depresión es una enfermedad mental asociada a un estado de ánimo, que puede ser transitorio o permanente. Provoca apatía y abatimiento, y, además, como enfermedad que es, es discapacitante: la vida normal deja de poder realizarse. Como nos dice la OMS: afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo, con mayor prevalencia en las mujeres que en los hombres. Es una auténtica plaga, y aun no se saben con seguridad las causas, estando en discusión si tiene prevalencia genética o es aprendida según como nos relacionemos con el medio.
3. Bore-out
Seguramente el fenómeno del burn-out (que podemos traducir como algo así como quemarse) sea más conocido que su contrario, aunque igualmente devastador en sus síntomas. El bore-out también es un fenómeno laboral, que viene del inglés, bore, aburrir. Mientras que con el burn-out, el trabajador queda en estado de shock porque no puede abarcar tanto volumen de trabajo a esa velocidad, la causa del bore-out es la contraria. El trabajador siente vértigo del aburrimiento existencial. Finge que hace algo en vez de trabajar en horario laboral. La decepción por parte de esa persona es existencial: siente que su vida no sirve para nada. Con este gran vacío, el cerebro se apaga poco a poco. Es el proceso de estar inactivo en un mundo acelerado, que, curiosamente, no es un imposible.

11. Bibliografía
Goleman, D. (1996), Inteligencia emocional, Barcelona, Paidós.
Madrid, Gredos.
Köhler, A. (2018), El tiempo regalado: un ensayo sobre la espera, Barcelona, Libros del Asteroide.
Goleman, D. (1996), Inteligencia emocional, Barcelona, Paidós.
Han, Byung-Chul (2017), La sociedad del cansancio, Barcelona, Herder
Köhler, A. (2018), El tiempo regalado: un ensayo sobre la espera, Barcelona, Libros del Asteroide.

Ficha de la película.

En (este enlace de filmin en google drive) se encontrará la película (V.O.S.E). Estará disponible solo 72h.
Año: 2001 Duración: 111 min. País: Estados Unidos

Sinopsis: Enid y Rebecca, dos rebeldes adolescentes amigas desde hace años, no saben cómo pasar el rato ahora que ya han acabado los estudios de secundaria. Pese a sus tímidos esfuerzos por encontrar trabajo, a menudo acaban deambulando por las calles, escrutando el comportamiento de la gente que les rodea. Atraídas por los personajes excéntricos, suelen mirar los anuncios personales del periódico local. Enid llama al autor del anuncio más lamentable, un hombre solitario de cuarenta años, coleccionista de discos, y le invita a una cita a ciegas. Ambas acudirán al restaurante convenido para espiarle y saber cómo es su vida.

Originalmente, la película está basada en el cómic Ghost World (Mundo fantasmal en España) escrito e ilustrado por Daniel Clowes. Fue publicado entre junio de 1993 y marzo de 1997, en los números 11 y 18 dentro de la serie de comics Eightball de Clowes, y publicado por primera vez en formato de historieta en 1997, por Fantagraphics Books. Siendo un éxito tanto crítico como comercial, fue muy popular entre el público joven en sus inicios, luego se transformaría en un clásico de culto. Ghost World ha sido reimpresa en varias ediciones.

Preguntas:
  •     ¿Qué crees que Enid piensa de sus compañeros de curso? ¿Por qué?
  •     ¿Cómo se lleva Enid con su padre? ¿Crees que entre ambos hay intereses en ser felices?
  •     ¿Podrías describir la relación entre Rebecca y Enid? ¿Cómo se divierten juntas?
  •      ¿Podrías explicar su sentido del humor?
  •      ¿Cuál es la idea que Enid tiene sobre el futuro?
  •     ¿Podrías explicar desde la mirada de Enid cómo ella ve el mundo? ¿Crees que hay justificación?
  •     ¿Cómo se ve a sí mismo Seymour? ¿Crees que está preocupado en ser feliz? Si es así ¿qué hace para serlo? ¿Crees que se aprende algo al final de la película? En caso afirmativo o negativo, justifica tu respuesta.
Actividad del aburrimiento epistémico.
Reflexión de menos de una carilla tras leer este artículo de prensa

Actividad del aburrimiento y la patología.
Leer un artículo de prensa, a elegir entre tres. Resume el artículo. Razona sobre por qué son enfermedades mentales. Si hace falta busca información en la red, pero explica siempre desde tus palabras.


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