Respuestas desde la filosofía para descolonizar el pensamiento. Parte I
El Anatsui, Bleending Takari (2007) |
Ahora, voy a escribir sobre las preguntas del post anterior intentando hacer buenos argumentos. Recordemos que:
un buen argumento es el que
se atiene a la cuestión
ofrece razones sólidas.
está protegido ante refutaciones
|
Este modelo, pese a su aparente simpleza, siguiendo correctamente todos los pasos hace que nuestro argumentario sea lo suficientemente sólido como para soportar los debates más exigentes.
El ejercicio de pensar nos ofrece muchas cosas, entre otras un atributo innegable, el de descubrirnos ante nosotros mismos quiénes somos. Tenemos una representación de nosotros mismos que muchas veces no cumplimos. A veces nos damos cuenta de que muchas de las cosas que pensamos, no las pensamos realmente ¿Qué quiere decir esto? Que, hasta que no ha llegado un momento en el que nos hemos analizado, hemos respondido a preguntas en voz alta y nos hemos escuchado, no nos hemos dado cuenta de que en esa representación no somos del todo nosotros mismos. El pensamiento es un proceso que es parte de nosotros. Pero, como es un proceso interior, hemos de sacarlo a la luz de vez en cuando. Pensar en voz alta, podríamos decir. Las ideas, a modo platónico, se ven mucho mejor a la luz del sol.
Comencemos. Iremos desgranando las preguntas del post anterior una a una, intentando que quede todo integrado en una narración hacia el mismo sentido: esclarecer, desde una posición crítica, el origen de la desigualdad, la defensa injusta de la diferencia y concluir con alguna enmienda que podamos acometer.
¿Qué es el racismo?
Como todo análisis que se precie, inauguramos este texto con una definición. En este caso, definiendo qué es el racismo. Y qué no lo es. Anteriormente, mencionábamos que el racismo es una particularidad generada en la Edad Contemporánea. Es la ideología correspondiente a una determinada forma de Antropología (definida como "la ciencia del Hombre en su conjunto, sin más fin que el mero saber", que desde su origen hasta hace bastante poco, ha sido siempre androcéntrica y eurocéntrica, es decir, una ciencia que explicitaba el egocentrismo de quienes las estudiaban, los sujetos que poseían el saber, es decir: señores blancos). Consiste en creer que la especie del ser humano se divide en razas y que estas razas tienen un orden jerárquico. Es importante que tengamos en cuenta esto: el orden es de tipo jerárquico, y no alfabético o por tamaño físico. La jerarquía es una forma de ordenar de mayor a menor, con relación a la importancia. Todas las sociedades establecen alguna clase de orden. Precisamente, eso es lo que es una sociedad, un conjunto de personas que se relacionan entre sí en relación con unas reglas. El (gran) problema es que el racismo es incompatible con una Antropología solvente. Vamos, que defender el racismo es utilizar un argumentario deficiente. Expliquemos porqué decimos esto:
La jerarquía está por encima de normas posteriores. |
La jerarquía refiere a un orden de mayor a menor importancia. ¿Y qué es la importancia en la tradición occidental? Pues, como en otros aspectos sociales, esta importancia hace referencia al poder. En Occidente, poder es el verbo que puede usar con legitimidad el
hombre blanco, heterosexual y lo más mayor posible. Si os pido
que imaginéis a alguien sabio (porque saber es poder), seguramente
os venga a la cabeza el Papa Francisco, Einstein o Platón. Señores blancos, mayores y heterosexuales. En el caso de Platón con una virilidad propia de su época, que reconocía práctica homosexual
como un privilegio y no como una identidad. Pero, en el caso del
Papa, presuponemos pese a su celibato su heterosexualidad. No sigamos por aquí que nos liamos. El poder, lo que queremos decir,
es que es del Padre, como figura de autoridad simbólica. Y del
Padre, nuestro orden jerárquico establece que ese poder ha de
pasar al siguiente que reúna todas las condiciones del Padre: el Primogénito. Nuestra cultura está determinada por tres ejes: el derecho romano, la filosofía griega y la religión judeocristiana. En otro momento desarrollaremos esta idea del origen de Occidente, pero por ahora, continuaremos dando por válida esta premisa. El orden jerárquico de la tradición occidental establece que el sujeto principal del poder sea el hombre blanco, mayor y heterosexual.
Pepe la rana como Trump desde el Twitter del Presidente |
Hay un grupo social que hace de la profundización de esa última frase la piedra angular de toda su existencia, tanto en todas las teorías sociales que disfrazan de Ciencia, como en sus comportamientos. Puede que os suenen, ya que están volviendo a tener espacio en la actualidad y, aunque uno de sus mayores exponentes mundiales sea un señor de color naranja, defienden los derechos de los seres humanos de raza caucásica. Nos referimos, como era de esperar, al supremacismo blanco. El supremacismo blanco va a defender con argumentos históricos, biológicos, culturales y morales que la especie humana se divide en razas y que la raza caucásica es la superior a todas las demás (para más información sobre la división de razas, Blumbenbach).
El racismo nace como una respuesta a la colonización de las Américas. Se debe a la justificación que da el pensamiento europeo de su supremacía frente al resto del mundo. Mientras Europa se desangraba en las guerras de religión (guerra de los ochenta años, guerra de los treinta años, guerra de los tres reinos, guerra de los nueve años, etc. ya podrían haberle llamado las guerras de los años contados), también se debatía en torno a la libertad de culto. Así, comienzan su historia moderna los derechos individuales, para los europeos claro. Otro de los debates que se dan en esta época es el de la relación que tendría que establecerse entre los colonos ibéricos y los indígenas. El Imperio Español lleva a cabo la conquista de las Nuevas Tierras con la bendición de la Iglesia Católica bajo la excusa de la evangelización. ¿Quiénes debían ser considerados hombres libres? En el debate que Bartolomé de las Casas, protector de indios, protagoniza contra Juan Ginés de Sepúlveda en la Junta de Valladolid de mitad del siglo XVI se ven las cuestiones enfrentadas sobre si es lícito o no conquistar las Indias.
Junto con Francisco de Vitoria, Bartolomé de las Casas es considerado uno de los fundadores del derecho internacional moderno47 y un gran protector de los indios y precursor de los derechos humanos junto al jesuita portugués António Vieira. Aunque desde perspectivas opuestas, tanto él como Vitoria se ocuparon del problema alrededor del cual emergió el derecho de gentes en la época moderna: la definición de las relaciones entre los imperios europeos y los pueblos del Nuevo Mundo. Esta tarea requería de la creación de un marco jurídico suficientemente amplio como para ser válido al mismo tiempo para europeos y aborígenes.48 La tradición legal que fue usada para tal fin fue precisamente la del derecho natural, la cual fue tomada del derecho medieval y la filosofía estoica. Las Casas consideró que los indios tenían uso de razón, tanto como los antiguos griegos y romanos, y que como criaturas racionales eran seres humanos. Como tales, los indígenas estaban cobijados por el derecho natural y eran titulares de los derechos a la libertad y a nombrar sus autoridades.
(Extracto de Wikipedia: Bartolomé de las Casas: Pensamiento.)
Es importante atender aquí a dos cosas: la defensa de los indios se hace a través del derecho natural, y solo se puede realizar una vez que se comprueba que los indios tienen la capacidad de razonar. Tal cualidad, otorgada por los sabios a los demás desde el Menón de Platón, es la que permite establecer la dignidad y el respeto a los demás. A Bartolomé de las Casas se le afea que no fuese tan defensor de los negros como de los indios, ya que defendió la trata de esclavos negros (aunque luego se convirtiese tardíamente a su defensa en su proyecto de Tierra Firme se contemplaba la trata de personas de África a América)
La mirada que permite ver a los civilizados como personas con derechos y a los bárbaros como bestias que han de ser conquistadas evangelizadas, nos recuerda a los griegos clásicos. Son ellos los que diferenciaban entre los que hablaban su lengua y los que solo decían "barbarbar". Eran abiertamente xenófobos, porque discriminaban entre el ciudadano de la polis (hombre libre a partir de una edad, es decir, el padre de familia) y el extranjero. Para ver hasta qué punto funcionaba este prejuicio, solo tenemos que prestarle atención a la biografía de Aristóteles. Pero el odio al extranjero de los griegos no estaba asociado a unos rasgos fenotípicos. El color de piel no te encasillaba en un destino. Y eso es lo que sí hace el racismo: según tus apariencias externas, se te asocia una manera de ser, de comportarse. Como esta es una sociedad jerárquica, respetamos el orden y establecemos un lugar en la sociedad según tu apariencia externa. El racismo funciona porque confundimos las diferencias externas con diferencias internas. Creemos que por tener un color de piel determinada, eso nos predetermina a ser de una manera.
Tal manera de pensar nació en la Europa Moderna tras la conquista americana y se extendió por el resto del mundo. La explotación de las tierras americanas por parte de los europeos necesitaba de la trata de esclavos. No eran suficiente con los indígenas, por lo que comenzó un comercio de esclavos global. Una vez los esclavos dejaron de hacer falta, la población negra que había sufrido trata y sus descendientes siguieron viviendo en esas tierras que habían trabajado. Tierras que fueron antiguas colonias y ahora eran prósperos países, como Estados Unidos o Brasil. Ambos, como muchos países de América, con un serio problema racial, pese a que, como es el caso de Brasil, la población negra es mayoría.
Tal manera de pensar nació en la Europa Moderna tras la conquista americana y se extendió por el resto del mundo. La explotación de las tierras americanas por parte de los europeos necesitaba de la trata de esclavos. No eran suficiente con los indígenas, por lo que comenzó un comercio de esclavos global. Una vez los esclavos dejaron de hacer falta, la población negra que había sufrido trata y sus descendientes siguieron viviendo en esas tierras que habían trabajado. Tierras que fueron antiguas colonias y ahora eran prósperos países, como Estados Unidos o Brasil. Ambos, como muchos países de América, con un serio problema racial, pese a que, como es el caso de Brasil, la población negra es mayoría.
Ejercicio. Personajes de la conquista del mundo.
Como práctica de todo lo que aquí hemos esbozado, proponemos el siguiente ejercicio. Consiste en que, a través de la investigación personal, presentemos un escenario mental plausible de los grandes mitos conquistadores de Europa ¿Por qué son tan importantes en la historia las hazañas de estos hombres individuales? ¿Qué podemos decir qué es mito y qué no? Para ello, deberemos rellenar los siguientes "currículos" con las historias de Vasco de Gama, Colón o Magallanes. Hay que respetar el modelo, aunque se pueden añadir o cambiar las preguntas según los hechos propios de nuestros personajes. Podemos elegir más nombres inspirados por el callejero de nuestra ciudad o el personaje de alguna estatua de una plaza o rotonda célebre. Ponemos como ejemplo el personaje de Marco Polo porque, pese a no ser un conquistador ni ser de la Edad Moderna, nos sirve para establecer el pensamiento medieval. Cuando vemos cuáles eran las cosas que le sorprendían del mundo, o cómo eran recibidas sus historias, vemos cómo era esa sociedad que, tres siglos más tarde, se impondría por todo el globo terráqueo:
Ahora, una vez tenemos hecho el trabajo, responderemos a las siguientes preguntas en clase. Se pueden traer pensadas de casa. En la medida que se necesite, busquemos información en la red. Recordemos buscar páginas fiables.
¿Qué es Historia Universal?
Si solo estudiamos la vida de un personaje ¿estamos haciendo Historia Universal?
¿Qué diferencia puede haber entre conquistar una tierra y establecer un contacto comercial con ella?
Si solo estudiamos la vida de un personaje ¿estamos haciendo Historia Universal?
¿Qué diferencia puede haber entre conquistar una tierra y establecer un contacto comercial con ella?
¿Por qué estudiamos las historias de estos personajes?
¿Por qué crees tú que seguimos celebrando sus hazañas?
¿Crees que la historia de la filosofía comete el mismo error al centrarse en el pensamiento de unos autores concretos? ¿Por qué crees que se hace?
¿Por qué crees tú que seguimos celebrando sus hazañas?
¿Crees que la historia de la filosofía comete el mismo error al centrarse en el pensamiento de unos autores concretos? ¿Por qué crees que se hace?
Pandora y el gato, by Paula Ortega Soto is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
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